“Cuando importantes instituciones de Santa Cruz, plantearon la orientalización de Bolivia, Evo, sin ton ni son, dijo que eso era producto de oligarcas cruceños... A Evo no le interesa ninguna propuesta alternativa porque él ha creado su propia Bolivia: la racista, la del odio, la de la agresión permanente, la de la confrontación estéril, la de los bloqueos, y logra así concitar la atención internacional como el ‘líder’ de los pobres enfrentado a los ‘oligarcas’ del país’... Evo es la personificación pura del ‘Hágase mi voluntad en la tierra y en cielo’... El Ave, Evo descarta el manifiesto oriental... porque no propone bloqueos, sino desbloqueos, además, como no lleva la firma de Evo, hay que criticarlo... Evo no tolera los consensos o acuerdos democráticos... Evo no tolera la paz, busca incendiar y convulsionar el país y va a armar movilizaciones para demostrar que es mentira que aquí se vive ese otro ambiente y que la gente en lugar de comprar coca, compra tractores... Santa Cruz es diferente, les guste o no”.
El título y párrafo precedentes no son míos, por eso van entre comillas, pero podría haberlos escrito yo, y los suscribo ahora, casi 10 años después de su publicación, el 11 de octubre de 2003, sección Opinión, página 21, de este mismo diario. Lo firma Betty Tejada, entonces diputada cruceña, colega del también diputado en esa época, “Evo Melgarejo, perdón, Morales”, escribe y se corrige la autora.
El “Ave, Evo” de ayer sigue vigente y se camufla en el “Evo cumple, Bolivia cambia” que, como el gatopardismo, cambia para que nada cambie, salvo alguna gente que cambió, como Betty Tejada, hoy presidenta de la Cámara de Diputados, militante del MAS, partido en el que, desde su ‘jefazo’ para abajo, siguen incubando reconcomios contra Santa Cruz.
El “Ave, Evo-Evo cumple”, hoy es responsable, entre otros desatinos, de que la importación de papel higiénico haya subido un 367% en menos de siete años, según el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Gary Rodríguez. El incremento de esa importación no es para fines higiénicos, como los venezolanos. ¡No! es para el secado de la pasta base de cocaína, que en los últimos años pasó de 80 toneladas anuales a 200, gracias al incremento del número de hectáreas de coca cultivadas, como a la sofisticación de los medios empleados en la producción de cocaína.
Y ahora que “Ave, Evo-Evo cumple” expulsó a Usaid para “nacionalizar” la lucha contra las drogas, ¿se incrementará más aún la producción de la droga ‘nacionalizada’?
Máster en Ciencias Políticas
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