ya lo había proclamado el poeta "sereno valle, feraz de verdosa ufanía" porque no obstante la chatura humana de algunos de sus hijos, el valle se mantiene impasible brindando altivo su donaire, sus frutos generosos y el verde de sus campos que son el solaz y el remanso en medio del ajetreo que nos domina.
"Granero de Bolivia un día, le dió renombre a la floresta" que brindaba su generoso fruto sin retaceos, con la mano abierta, con la tierra húmeda y prodigiosa que reproduce cualquier semilla y hace germinar las flores más lozanas. "Brillan tus selvas bajo tu brava serranía" las que descolgándose de los montes, descienden a los llanos, a las depresiones del Chapare en un milagro perenne que proclama tu nobleza, la realeza de tu estirpe de preferida de la creación. "Sonríe la luz cuando el viento canta tu nombre" en una melodía mil veces repetida, pero siempre serena y relajante. Al nacer el sol cada día, hace renacer la esperanza y la ilusión de vida nueva, nadie puede explicarse de dónde surje tanta riqueza, ni porqué su suelo posée tal fertilidad. "Eje del país, de Bolivia en la algarabía, depositas tu apacible clima, donde el pobre arrástras elbre el légamo y duerme en la umbría, mientras el rico ríe, sin realizarse el hombre" No se explica la Patria sin tu vital presencia, eres la alegría, el oasis para pobres y ricos, a nadie le miras la cara previamente ni le pides carnet, la presencia del hombre es suficiente, su condición humana es el certificado para entregarle tus bienes sin mezquindades.
"Vengan ríos de Cristo sobre tu fértil valle " y es que tanta maravilla no se concibe sin explicar la magnanimidad y grandeza del Hacedor para con los hijos de éste valle, sus dones se desparraman por doquier beneficiendo aún a sus hijos ingratos, a los pródigos que la abandonaron y que no acaban de regresar al regazo maternal.
"Y broten nuevos tus bosques de robusto talle, que colmes a Bolivia de esplendor y riqueza". No toda tu historia ha sido escrita, ni tus días permanecen contados, queda para más tu brillo y bienhomía, el aroma de tus flores, el fragor de aquellos bosques que nos maravillan y sorprenden. "Rómpanse en la la luz abismos de clases sociales y rueden impetuosas las artes industriales en el hondo surgir de la Villa de Oropeza" Tu suelo fecundo no admite divisiones, porque eres la madre de cholos y mestizos, de indios y extranjeros, que cuando vienen y se aposentan debajo de tus molles y eucaliptos han perdido tu ser individual y se han mimetizado con la fruta, los cereales, las hierbas y los aromas que cosechan sus gentes.
Oh Cochabamba, nuestro canto es pobre ante tu singular grandeza. Nuestra ofrenda palidece ante la que tú nos otorgas cada día, en el sol que nos alumbra, el alimento que nos nutre, el espíritu que tus aires y tus vientos nos inspiran y nos nutren!
(Sobre un soneto de Rafael Vía Reque, glosado por Mauricio Aira)
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