Quisiera ser del MAS
Empiezo a perder mi capacidad de resistencia. Después de tanto pensar, de buscar escudos y corazas que protejan mi mente, he llegado a la conclusión que lo mejor será convertirme al Movimiento al Socialismo. Quisiera ser del MAS para creer en el montón de mentiras y falacias del partido de gobierno, empezando por el cuento de que Evo Morales es el primer presidente indígena de Bolivia y que por eso debemos aguantarle cualquier disparate.
Quisiera ser del MAS para poder comprender las contradicciones entre los actos y los discursos de nuestro vicepresidente cuando, alarmado, advierte sobre la gestación de grupos terroristas en Santa Cruz. Y es que ni con toda la campaña mediática que hábilmente organizaron los ideólogos y promotores del MAS para promover la candidatura de Álvaro García Linera, se puede olvidar el pasado terrorista de la autoridad, quien pasó largos años de su vida entre rejas por actos de terrorismo. Quisiera ser del MAS para gozar del asesoramiento de los abogados (estudiosos) de Palacio que legalizan lo ilegal, así podría vivir tranquila con doble planilla de sueldos, con doble contabilidad, con una ley que me favorezca a mí y a los míos, así, con esos doctores, lo metería nomás.
Quisiera ser del MAS para dejar de preocuparme por el futuro de mis hijos porque creería que estamos a punto de convertirnos en la Suiza americana, que nos están dando cátedra en economía, y que dejar de exportar y comenzar a importar es el camino hacia una Bolivia productiva. Quisiera ser del MAS para ver a las piedras, hembra y macho, haciendo el amor; un espectáculo magnífico que sólo siendo del MAS podría disfrutar.
Quisiera ser del MAS para dejar de ser una periodista sucia que se dedica a protestar contra un gobierno que aún no ha hecho nada para convencerme, porque resulta que nada ha cambiado: continúo viendo la misma pobreza fruto del desgobierno y la politiquería cínica y asquerosa que está acabando con Bolivia. Por esto y mucho más, insisto, "quisiera ser del MAS".
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