En un principio, Morales se había rodeado de un selecto grupo de periodistas que le posibilitaron enfrentar, con bastante éxito, una estrategia comunicacional dirigida a mostrar la supuesta “inevitabilidad histórica” del “proceso de cambio”; posicionar a Evo como la expresión de este supuesto cambio y a mostrar que Bolivia estaba recuperando su soberanía y su dignidad.
Walter Chávez (izq), es considerado el mas “inteligente” del grupo de asesores en comunicación del MAS.
Parte de este grupo fueron el peruano Walter Chávez, los argentinos Pablo Stefanoni y Pablo Cingolani y el español Víctor Orduna. De ellos, Stefanoni optó por irse a un medio de comunicación privado de reciente aparición (Página Siete). Cingolani que fue el aporte mirista para la campaña presidencial de Hugo Banzer el año 1993, se dedica nuevamente mediante su empresa Focus, a temas medioambientales lo que no le ha impedido criticar la forma en la que el MAS está encarando el tema de los pueblos indígenas del oriente.
Stefanoni, que se acercó a Evo siendo corresponsal del periódico argentino Página 12, de la línea de los ex montoneros en los años 60 convertidos ahora en kirtchneristas e hizo conmovedoras defensas del proceso de cambio y su líder, ahora ha cambiado de bando; se fue al lado neoliberal como editor de un periódico propiedad de los descendientes de Mario Mercado Vaca Guzmán.
Orduna se fue a fines del pasado año debido a que sus negocios bajo la mesa se hicieron demasiado evidentes. La responsable de su salida fue la embajada venezolana que pagaba el inmueble ubicado en la calle Goitia de la ciudad de La Paz en la que funcionaba su productora de spots televisivos. Resulta que los venezolanos daban los recursos para la producción de los spots pero Orduna, muy piola, se los volvía a cobrar al gobierno.
Nos queda Walter Chávez (ex MRTA peruano), de quien es conocida toda su trayectoria y no es necesario abundar sobre ella. Lo último que se supo de él es que acompañó a Juan Ramón Quintana asesorando a la candidata masista a la gobernación del Beni, la guapa Jessi.
Ocurre que Chávez era visto cotidianamente en el palacio de Gobierno, particularmente en la oficina del viceministro de Coordinación Gubernamental, Wilfredo Chávez pero últimamente no se lo ha visto ni en pintura.
Se asegura que tuvo un entredicho con el portavoz Iván Canelas. La causa habría sido la intención de Chávez de hacerse del control directo de los medios de comunicación gubernamentales por cuanto considera que estos andan al garete, aspecto que habría significado inmiscuirse en el terreno de Canelas.
Evo en canal 7 y la red Patria Nueva. A este paso solo se quedará con este par de aduladores.
Con la fuga de estos “chantas” ilustrados el aparato comunicacional del gobierno ha quedado totalmente huérfano y los resultados son más que visibles. Al canal 7, ni Evo lo ve. Radio Patria Nueva (ex Illimani) está en la misma situación en tanto que el periódico Cambio no puede ser sostenido a pesar de que se ha dispuesto que todas las entidades públicas le den prioridad en el avisaje. La agencia de noticias ABI sobrevive por las fotografías que sacan de apuro a más de un medio, incluido nuestro portal web.
Ante esta situación se sabe que Canelas está a la caza de algunos periodistas que puedan ayudarle a remontar la situación pero muchos de ellos ya han negado su concurso por cuestiones éticas. Es poco probable que un periodista que se respete pueda hacerse cómplice y aceptar los métodos gubernamentales que tienen por esencia la mentira y tergiversación sistemática de los hechos y el ensalzamiento grosero de la figura de Evo.
1 comentario:
Compañero, mejor informsese mejor al escribir, ni me echaron ni me pasé de bando
saludos, Pablo Stefanoni
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