En diversos frentes en que de manera habitual se cuantifican los movimientos sociales y políticos se calculaba en veinte mil el número de los marchistas que cubrirían los doscientos kilómetros entre Caracollo y La Paz para gritar presente en la histórica Plaza Murillo, donde está la sede legislativa. Hasta el peor informado puede caer en cuenta de lo que significa echar a andar a lo largo de caminos desérticos y en la aridez de las montañas, a veinte mil personas que desde luego tienen que comer y que beber bien para lograr la fortaleza física que necesariamente demanda una caminata semejante, por muy arrolladora que sea la causa que la motive. Tres, cuatro, cuántos días, en fin, de marcha a paso firme y cuántos más los de vigilia que se pretende que los marchistas, por propia determinación, guarden frente a las instalaciones del Congreso. Son emprendimientos mayúsculos que no se encaran sólo con salves y avemarías, que demandan mucho, muchísimo más, en fortaleza y recursos económicos. Para tan costosa gimnasia, que se da con sorprendente frecuencia, ¿está preparado país alguno como el nuestro y en este tiempo de tan insostenible crisis económica?
Editor: en efecto, dónde puede haber un fondo tan grande, tan rico que soporte una marcha así multiplicada por ocho, que es la octava versión en menos de 30 meses de gobierno, si le metemos pluma, cada uno recibe por lo bajo 40, en mil 40 mil y en veinte 800 mil bolivianos por día, por 10 dias, son ocho millones, que multiplicados por 8 veces son 64 millones. día llegará en que evo tendrá que rendir cuenta de éstas sumas enormes, gastadas para satisfacer su ego, para lograr su fin personal de una nueva constitución para poder ser reelegido y quedarse indefinidamente en el poder, como chávez, como castro. no es acaso algo insensato? una locura! un carísimo capricho en nombre del "cambio profundo" con que tiene dormidos a los espectadores internacionales? la respuesta es suya estimado lector.
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