Los pioneros de la Radiodifusión en Bolivia acumulan el mérito de haber roto la barrera de la incultura, la desinformación, el privilegio y haber logrado que la noticia, la cultura, los derechos se hubieran extendido venciendo el lenguaje, las regiones, las distancias.
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domingo, 15 de marzo de 2009
"jamás votaré por santos evo morales" humilla nuestra tricolor la sustituye por un trapo, niega a Dios y ultraja al hombre boliviano. nunca nadie...
El único ente con capacidad para otorgar la seguridad que necesita el individuo para su persona es el Estado, cuya misión principal, a través del gobierno, es dar la protección más irrestricta al valor supremo que tiene la sociedad. Si en esa función falla, ese órgano no tendría razón de existir y debería desaparecer por ineficiente e incapaz. No hay nada más trascendental en la vida social que el respeto a los derechos fundamentales humanos, en cuya cúspide rutila la libertad marcando el porvenir de los pueblos. Los gobernantes que no respetan la libertad individual son seres anormales cuyas reacciones lindan con lo bestial. Ni siquiera los incondicionales y sicarios de hoy, que están a su servicio, podrían estar seguros de lo que les ocurrirá en manos de esos déspotas peligrosos que no admiten que haya alguien que use un pensamiento que no sea el suyo. Contra esos, los derechos individuales están protegidos internacionalmente por tribunales que juzgan a los gobiernos despóticos que abusan de sus pueblos. Con el derecho que nos da nuestra calidad de hombres amadores de la libertad, denunciamos ante el mundo que Bolivia pasa por momentos de terror como no ocurrió en su historia. Ni siquiera García Meza hizo incendiar casas y, menos, pretendió quemar a sus ocupantes. Lo sucedido con Víctor Hugo Cárdenas, ex vicepresidente de este país, no tiene antecedente ni perdón. Su familia casi fue linchada por hordas sanguinarias salvajes, azuzadas por el gobierno, que fueron las mismas que incendiaron la Prefectura de Cochabamba y asesinaron a estudiantes; degollaron salvajemente a perros indefensos; mataron gente en la Calancha y en las minas y amenazaron con genocidios en Santa Cruz y otros pueblos del Oriente; todas ellas pagadas por el oficialismo encaramado en el Poder, para atemorizar a quienes no aceptamos la política de la corrupción con robo y negociados, del vandalismo, la mentira, la destrucción institucional y la traición y, finalmente, no aceptamos que se use a los indígenas en asaltos a la propiedad privada, como los sufridos por Cárdenas, por el diputado Murillo y a otros. Se dijo que la Constitución masista sería un peligro para el país. El tiempo dio la razón a quienes hicieron esa advertencia, porque a pocos días de su “aprobación” ella muestra sus garras asesinas. Si ayer se la usó contra Cárdenas y su familia mañana será contra Ud. empresario, agricultor, transportista, taxista o campesino. Si llegáramos a ratificar a Evo Morales y Ud. quisiera pensar libremente, olvídese de su casa, de su terreno, de su camión o taxi y de su vaca u oveja, porque ahí estarán los bandidos pagados, disfrazados de indígenas, para asaltarle sus bienes y masacrar a Ud. y a su familia en nombre de la “justicia comunitaria” que mañosamente ha incorporado el MAS en su Constitución para usarla en asaltos, asesinatos e incendios de casas en nombre de los indígenas, ajenos a los grupos de bandidos escudados en el Palacio de Gobierno, que está lleno de “Santos” y “Santusas”, al que sólo acceden, al decir del Presidente, quienes tengan prontuario bien ganado y sean fieles creyentes de San Jesús Malverde, otro bandido ajusticiado a principios del Siglo pasado por los mejicanos pero adorado por su mafia, en cuyo homenaje se ha erigido una capilla en la que oran los traficantes: “Hoy, ante tu cruz postrado, ¡OH Malverde! —podría ser Santos Ramírez Valverde— te pido misericordia y que alivies mi dolor…”. Indudablemente que ninguno de los dos santos está reconocido por la Iglesia Católica, hecho que motiva que en nuestro país ella sea el blanco del ataque y de la campaña oficial buscando que el pueblo boliviano cambie de religión. Por esas razones y porque no quiero sentirme cómplice de este peligroso abismo al que está siendo empujada la Nación, humillada con la sustitución de su bandera por un trapo cuadriculado que ensucia la imagen de la institución armada llamada a defenderla, yo NO votaré por Santos Evo Morales Ayma en las próximas elecciones. De Los Tiempos. del ilustre jurista y profesor universitario Ernesto David Pereyra.
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