Ni deja de ser interesante toda la fauna que se ha congregado en el MAS y que evidentemente no está unida por aspectos de orden ideológico sino por consideraciones mucho más prosaicas e intereses espúreos.
Desde un principio Evo Morales dejó bien claro que no jugaría limpio y que si bien había llegado al gobierno utilizando un medio democrático como es el voto, no tardaría en mostrar su verdadera cara, la autoritaria y comenzaría a desmontar, pieza a pieza, al Poder Judicial y luego intentar someter a sus designios al Poder Legislativo mediante la recurrente práctica de los cercos y vigilias, además de la agresión directa a los parlamentarios.
Si bien el escándalo en YPFB y la caída en desgracia de Santos Ramírez, el número dos del MAS, es el más sonado caso de corrupción, hasta ahora, en el gobierno, debe quedar claro que no es el único.
Seria largo enumerar todos los casos de corrupción que involucran a los miembros del gobierno, quienes muy rápidamente se olvidaron de su poco convincente discurso de lucha contra la corrupción y de inmediato se lanzaron a la tarea de desvalijar las entidades estatales.
Del virus de la corrupción, al parecer, muy pocos masistas estan vacunados, incluso gente considerada la reserva moral de los indígenas, como Felix Patzi y el canciller David Choquehuanca no están libres de sospechas; el primero permitió la compra de computadoras con sobreprecio cuando era ministro de Educación, utilizando fondos sindicales del magisterio. En cuanto al yatiri Choquehuanca surgido de la “oprimida” raza aymara, le va tan bien en el gobierno que ya se hizo de una lujosa casona en la zona lacustre del Titicaca y dicen que no es su única propiedad.
Otro de los delfines del masismo, Jorge Alvarado, también metió las uñas cuando era presidente de YPFB, pero fue descubierto cuando pretendía hacer un negocito particular vendiendo 2 mil barriles diarios de crudo al Brasil, utilizando como pantalla a la empresa Iberoamérica Trading. ¿ Y el contrabando millonario en Pando, avalado por Juan “camión” Quintana ?
Todo esto va quedando corto frente a lo de YPFB y otros negociados relacionados con la construcción de carreteras a través de la estatal ABC, en los planes de viviendas social, Loteria Nacional y varios más.
Pero hay otras habilidades e inclinaciones de los masistas que han sido injustamente pasadas por alto. Al parecer a algunos de ellos no solo les gusta vivir a costillas del Estado sino también de la explotación sexual de mujeres.
Las inclinaciones prostibularias de los masistas ya eran conocidas por obra y gracia del exministro de Aguas, Abel Mamani, cuya principal afición era darse largos viajes por Europa en la agradable compañía de su “asesora”. Se conoce también que Abel, cuando no estaba por Europa, era un asiduo visitante de las casas de cita, night clubs y otros lugares semejantes donde llegaba para olvidar los sinsabores que da el ejercicio del gobierno, en compañía de muchachas de moral distraída.
No se debe olvidar tampoco que la gran estafa en YPFB se diseño en “El Caballito” un conocido prostíbulo, propiedad de los hermanos Córdoba ubicado en el barrio paceño de Miraflores. En ese lugar, entre tragos y agradable compañía, Santos Ramírez, sus cuñados Navia Doria Medina y los hermanos Córdoba, acordaron la estrategia con la que se harían de una suma todavía no establecida con exactitud y que supuestamente debía estar destinada a la construcción de una planta separadora de líquidos.
Pero hay más tela que cortar. Patricia Ballivián, inmediatamente de ser nombrada ministra de Desarrollo Productivo, consideró que para ser Superintendente de Empresas no se requería otra experiencia profesional que administrar un prostíbulo clandestino camuflado bajo la apariencia de un “pub” y nombra en consecuencia en el cargo a Marco Méndez Gutierrez, quien gracias a la prensa independiente fue descubierto y tuvo que renunciar.
No se trató de una “metida de pata”. Todos en el gobierno conocían de las actividades de Méndez. Era un hombre de confianza de Patricia Ballivián en la Administradora Boliviana de Carreteras donde ejercía el cargo de jefe de auditoría y es evidente que a su “pub” acudían funcionarios del gobierno del MAS de muy alto nivel, donde la pasaban muy bien en un ambiente discreto, al punto que funcionaba a una cuadra del palacio Quemado, del palacio Legislativo y de la Vicepresidencia.
En suma, en el gobierno del MAS se han reunido autoritarios, corruptos, proxenetas y hasta ladrones de ánforas, una mezcla indigesta que está provocando serios problemas al país. El texto es de Palo Santo, su fuente la pagina de Ernesto Justiniano.
Desde un principio Evo Morales dejó bien claro que no jugaría limpio y que si bien había llegado al gobierno utilizando un medio democrático como es el voto, no tardaría en mostrar su verdadera cara, la autoritaria y comenzaría a desmontar, pieza a pieza, al Poder Judicial y luego intentar someter a sus designios al Poder Legislativo mediante la recurrente práctica de los cercos y vigilias, además de la agresión directa a los parlamentarios.
Si bien el escándalo en YPFB y la caída en desgracia de Santos Ramírez, el número dos del MAS, es el más sonado caso de corrupción, hasta ahora, en el gobierno, debe quedar claro que no es el único.
Seria largo enumerar todos los casos de corrupción que involucran a los miembros del gobierno, quienes muy rápidamente se olvidaron de su poco convincente discurso de lucha contra la corrupción y de inmediato se lanzaron a la tarea de desvalijar las entidades estatales.
Del virus de la corrupción, al parecer, muy pocos masistas estan vacunados, incluso gente considerada la reserva moral de los indígenas, como Felix Patzi y el canciller David Choquehuanca no están libres de sospechas; el primero permitió la compra de computadoras con sobreprecio cuando era ministro de Educación, utilizando fondos sindicales del magisterio. En cuanto al yatiri Choquehuanca surgido de la “oprimida” raza aymara, le va tan bien en el gobierno que ya se hizo de una lujosa casona en la zona lacustre del Titicaca y dicen que no es su única propiedad.
Otro de los delfines del masismo, Jorge Alvarado, también metió las uñas cuando era presidente de YPFB, pero fue descubierto cuando pretendía hacer un negocito particular vendiendo 2 mil barriles diarios de crudo al Brasil, utilizando como pantalla a la empresa Iberoamérica Trading. ¿ Y el contrabando millonario en Pando, avalado por Juan “camión” Quintana ?
Todo esto va quedando corto frente a lo de YPFB y otros negociados relacionados con la construcción de carreteras a través de la estatal ABC, en los planes de viviendas social, Loteria Nacional y varios más.
Pero hay otras habilidades e inclinaciones de los masistas que han sido injustamente pasadas por alto. Al parecer a algunos de ellos no solo les gusta vivir a costillas del Estado sino también de la explotación sexual de mujeres.
Las inclinaciones prostibularias de los masistas ya eran conocidas por obra y gracia del exministro de Aguas, Abel Mamani, cuya principal afición era darse largos viajes por Europa en la agradable compañía de su “asesora”. Se conoce también que Abel, cuando no estaba por Europa, era un asiduo visitante de las casas de cita, night clubs y otros lugares semejantes donde llegaba para olvidar los sinsabores que da el ejercicio del gobierno, en compañía de muchachas de moral distraída.
No se debe olvidar tampoco que la gran estafa en YPFB se diseño en “El Caballito” un conocido prostíbulo, propiedad de los hermanos Córdoba ubicado en el barrio paceño de Miraflores. En ese lugar, entre tragos y agradable compañía, Santos Ramírez, sus cuñados Navia Doria Medina y los hermanos Córdoba, acordaron la estrategia con la que se harían de una suma todavía no establecida con exactitud y que supuestamente debía estar destinada a la construcción de una planta separadora de líquidos.
Pero hay más tela que cortar. Patricia Ballivián, inmediatamente de ser nombrada ministra de Desarrollo Productivo, consideró que para ser Superintendente de Empresas no se requería otra experiencia profesional que administrar un prostíbulo clandestino camuflado bajo la apariencia de un “pub” y nombra en consecuencia en el cargo a Marco Méndez Gutierrez, quien gracias a la prensa independiente fue descubierto y tuvo que renunciar.
No se trató de una “metida de pata”. Todos en el gobierno conocían de las actividades de Méndez. Era un hombre de confianza de Patricia Ballivián en la Administradora Boliviana de Carreteras donde ejercía el cargo de jefe de auditoría y es evidente que a su “pub” acudían funcionarios del gobierno del MAS de muy alto nivel, donde la pasaban muy bien en un ambiente discreto, al punto que funcionaba a una cuadra del palacio Quemado, del palacio Legislativo y de la Vicepresidencia.
En suma, en el gobierno del MAS se han reunido autoritarios, corruptos, proxenetas y hasta ladrones de ánforas, una mezcla indigesta que está provocando serios problemas al país. El texto es de Palo Santo, su fuente la pagina de Ernesto Justiniano.
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