No creímos que lleguen a tanto, pero el lunes nos enteramos que el gobierno también quiere sacudir a las mujeres cruceñas y con acusaciones hechas a simple sindicación de personas que han sido hostigadas y que han sido llevadas a firmar declaraciones bajo condiciones de violencia y amenaza.
Las jóvenes sindicadas: Kathy, Vivian y Claudia, primero mostraron su desconcierto, fruto de una situación que las tomaba enteramente por sorpresa, pero luego nos enseñaron su estirpe, su calidad humana, su capacidad innata de liderazgo, dando un claro ejemplo de valentía y sobre todo de transparencia.
Fue un espectáculo pocas veces visto, ver a estas jóvenes acusadas injusta y temerariamente de haber estado en afanes terroristas, debatiendo con su acusador que se mostró quebrado, avergonzado frente a la dimensión moral que las muchachas trasuntaban mostrándose no sólo inquebrantables, sino incólumes y dignas en cada palabra con la que probaban e imponían su inocencia.
La sociedad cruceña, tuvo la oportunidad de ver inocentes que pretenden ser llevadas al cadalso, inocentes a quienes quieren mezclar con la turba y las aguas turbias con la intención de que los verdaderos pecadores pezquen en río revuelto y ganen indulgencias con almas y sangre de inocentes.
Lo que está pasando en Santa Cruz, no es cualquier guerra, es una guerra de las más sucias que se hayan visto porque tiene varias vertientes, tiene varios actores y un rebalse de intrigas, mentiras y vendetas.
A esta guerra no se la puede llamar ni siquiera política, porque sería confundir la política con un basurero en el que medran ratas y carroñeros para ver con que pedazo de los desperdicios se quedan. Muchas de las valientes mujeres que pretenden ser involucradas, miran con horror el espectáculo de las miserias humanas que a nombre del juego de cintura político pretenden justificar la falta de entereza, la usura, las ambiciones desmedidas, el manoseo de esta guerra de bajezas y de miserables estrategias en las que se intentan inmiscuir a personas que sólo han cometido el error de luchar por una causa a la que muchos apostaron por otros motivos y no por ideales.
Kathy, Vivian, Claudia, dejaron en claro que sólo habían trabajado por las autonomías, pidiendo el respeto a la legalidad y a nuestra cultura, ellas mostraron su estirpe luchadora, su frente en alto, sus ideales claros mientras algunos juegan a las escondidas y se convierten en pescados que huelen mal, que muestran que se han ahogado en un estanque porque no han sabido abrir el dique.
Creo que a partir de este hecho injusto y que marca con la señal de Caín a nuestra sociedad, las mujeres que comienzan a ser maltratadas a cuenta de haber participado de la construcción de un ideal, deben decidirse a responder con la verdad, con la frente altiva, saliéndose del libreto al que también ha contribuido nuestra sociedad a punta de resbalar entre el bien y el mal como si estos dos carriles no fueran distintos, como si se tratara de las rieles del mismo tren.
El ataque que estamos sufriendo es la más clara señal de que aquí ha faltado definiciones, ha faltado firmeza, y esto nos muestra la tremenda crisis que nos está dejando un mundo de hombres jugando a la política, como si estuvieran en el tercer día de carnaval, con todo lo que encuentran, con mierda, con basura, con cosas fétidas y encima pudriendo incluso a las mujeres que son el pilar, la savia y las entrañas de la sociedad.
En medio del clima tenso, plagado de persecuciones, colmado de los intereses con los que los jugadores del póquer de la política pretenden jugarse la capa y la corona de espina de nuestro pueblo y hasta las lágrimas y la entereza moral de sus mujeres, creemos que hay mucho por hacer, hay mucho por construir en el plano de la moral, de los valores y los principios y eso va a ser tarea de las mujeres, mientras las acosan y las persiguen las mujeres no van a dejar de seguir dando lecciones de entereza y transparencia, reconstruyendo la trama de este pozo inmundo desde el que las mujeres van a contar toda la historia y por supuesto que no será la historia oficial, será la historia que debe ser contada en aras de que se redima la verdad.
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