‘Nuestro’ quebrado canal
Con un registro de pérdidas superiores a los Bs 56 millones atribuidas a malas administraciones, el Gobierno acaba de liquidar la Empresa Nacional de Televisión y, sobre el pucho, creó la nueva televisora nacional bautizada como Bolivia TV, que todavía mantiene el logotipo ‘whipalizado’ de la tricolor nacional y a toda su planta de empleados que, a comienzos de la semana recibieron simultáneamente sus cartas de despido y agradecimiento por los servicios prestados y otra de contratación como dependientes de la flamante empresa. Ha dejado de existir Canal 7 TVB y todavía no se conoce su nueva identificación, pero ya se adelantó que requerirá alrededor de Bs 40 millones para el lanzamiento de imagen y programación. Se trata del principal medio de comunicación del Estado convertido en poderosísimo instrumento propagandístico del Gobierno masista, que, como ninguno de sus antecesores, le ha dado una importancia estratégica a su manejo. Desde la recuperación de la democracia e incluso de las oscuras épocas de las dictaduras militares, no se recuerda régimen como el de don Evo con tanta eficiencia en la utilización del ‘canal estatal’ y por las inversiones millonarias efectuadas en su potenciamiento para llegar a todos los rincones del territorio nacional y equipararse tecnológicamente con las redes privadas de televisión. A fines de 2007 llegó plata venezolana, $us 9 millones, para instalar 120 repetidoras en todo el país, de las que 34 funcionan en Santa Cruz. En agosto de 2008 hubo una nueva ‘inyección’ de recursos, $us 3,8 millones, para compras que se efectuaron sin licitación. Con esos millonarios desembolsos, el ahora quebrado canal es el medio de comunicación que históricamente más inversión ha recibido en el país y el que peor ha sido conducido y administrado.Desde su creación en 1969, durante el Gobierno del ex presidente Luis Adolfo Siles Salinas, resultó azarosa la historia del ‘7’, bajo cuyo control, en julio de 2008, hasta se puso a un consejo de ministros encabezado por el controvertido Juan Ramón Quintana y al que acaba de agregarse un miembro ministerial más, como para que no falte ninguno.Transmitiendo hasta las ‘pichangas’ futboleras de S.E. y sus amigos o ‘en vivo y directo’ el más pinche acto desde recónditos sitios, amén de supuestos negociados en la compra de equipos, se despilfarró alegremente la plata que también sale de los agujereados bolsillos de los bolivianos para el costoso sostenimiento de un canal que, dizqué, es nuestro y que nos une en medio de nuestras interminables desventuras.
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