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jueves, 21 de febrero de 2008

Locutores y Radioemisoras de Potosí (P.III)

Cualquier intento de escribir la historia de la radiodifusión potosina estaría incompleta sin mencionar a Marco Antonio Careaga, algunas veces hizo de locutor, aunque fundamentalmente fue el técnico por excelencia, a su sapiencia se debe que hubiera organizado sus equipos de trasmisión, sus estudios perfectos, y con el paso del tiempo, (lo encontré en La Paz y también en Cochabamba) en la condición de empresario que armaba los servicios de amplificación, traducción simultánea, documentación y trasmisión de eventos. En Potosí, su ciudad natal desde muy joven organizó y montó su estación Radio Indoamérica, que se transformó en una escuela de radialistas que empezó labores el 4 de julio de 1942, a estar en la información valiosa que nos ofrece Walter Zabala. Trasmitió casi siempre en ondas corta y larga y en la frecuencia modulada cuando se hizo más frecuente y usual, de su personal que conocimos personalmente están Augusto Ibáñez, Antonio Barriga (otro de mis profesores ésta vez de educación física en la inolvidable escuelita Daniel Campos cercana al matadero municipal) Antonio fue para Potosí lo que Carlos Dalence para Cochabamba, el gran animador de las jornadas deportivas, pese a tener un hilo de voz, pero gran voluntad y mejor desempeño, Javier y Jaime Ossio muy ligados a la radiodifusión, Hugo Hevia quién fuera pleno de iniciativas, animador de concursos, de espectáculos, organizador entusiasta, Hugo terminó siendo propietario de una emisora en Sucre adonde se había trasladado, Alfredo Rivero, también profesor, Gróver Echavarría mi compañero de curso en el Colegio Franciscano, junto a su hermano Remberto formaron un equipo que se especializó en trasmisiones deportivas, se convirtieron en los animadores de las grandes jornadas en la sede de gobierno que les ofreció éxito, dinero y toda clase de oportunidades. Su competencia profesional y caballerosidad nunca fueron desmentidas.
Alberto Alandia abogado y político llegó a desempeñarse en el alto cargo de Contralor General de la República, dueño de un vozarrón, era además cantante y animador, se le ofrecía un gran sitial que rechazó por seguir su vocación de jurista. El inolvidable Jhonny Villena Duchén de maneras suavez y delicadas, talentoso e ingenioso, quién junto a Jorge Hochman en Radio Pío XII crearon la "cadena azul" de los discómanos, promovieron la actividad especializada y asistieron a eventos internacionales relacionándose con los disjokey del continente. Aparecen en el trabajo de Zavala Ayllón las primeras locutoras como Mery Oña, Ana Gloria gutiérrez, Eda Valverde y la esposa de Marco Antonio, Alicia Zuleta que destacó en los primeros radioteatros que se trasmitieron en la Villa Imperial. Cómo olvidar a Jaime Garbito, Héctor Meriles otro compañero de curso esta vez en el Colegio Pichincha, de voz timbrada destacó en la lectura de los noticieros, Abelardo Murillo de tono romántico agradable, Jaime Cuéllar que se trasladó también a La Paz.
De Radio Imperial que habría nacido en abril de 1945 no recordamos nada, aunque sí de Radio Liberación que como dependencia del Movimiento Nacionalista Revolucionario aparece el 9 de agosto de 1952, CP 48 "la voz de la Nueva Bolivia" dirigida por Ramón Olidén, abogado y político fue diputado y dirigente de su partido muchos años y era tenido como el sostenedor de la emisora que funcionaba en el edificio Municipal, como lo hemos señalado, Agustín Padilla también de mi curso en el Franciscano de buena impostación leía las noticias, siempre sonriente y cordial, Oscar Davezíes que llegó a ser Director de la Emisora del Estado varios años y falleció a temprana edad, Norhita Urioste actriz de radioteatro, animosa y amable, Gladys Rivera y Efraín y Dulfredo Retamozo que cambió de la radio y el teatro al mundo académico de la Universidad Católica como lo hemos descrito antes, Victor Hugo Baspineiro además cantante y de nuevo otro compañero en el Colegio Pichincha, integró un conjunto que cosechó grandes éxitos musicales. Lo recuerdo mucho, vecinos en la calle Ingavi y Bustillo, nos saludábamos de balcón a balcón y alguna vez de vacaciones en Potosí (de mis años de estudio en el Colegio Don Bosco de Sucre) coincidimos en el coro de la Catedral, cantando con el maestro Picolomini la dulce entonación de la música gregoriana, toda en latín. Cómo cantas, me dijo. Le respondí qué lindo conjunto que tienes, cuándo vienen por Sucre!
(Continuamos en la parte IV)

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