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viernes, 18 de abril de 2008

con una grabadora a cuerda en Radio Amauta

Genaro Saavedra Pérez había estudiado en Chile, tenía la mente fresca y una enorme fuerza de voluntad, "qué haces en Potosí, -me dijo sin esperar respuesta- porqué no vienes a trabajar conmigo!" Casi no me daba tiempo de pensar, menos de responder. las preguntas se sucedían una tras otra. "cuánto ganas ahora?" y recuerdo la respuesta porque dije una mentirilla, "gano 120 a 180 bolivianos por mes" y vino la propuesta contundente: "ni hablar yo te pagaré 300" en realidad yo llegaba a retirar de Radio Potosí, entre 60 y 80 bolivianos y Ennio Rodríguez mi empleador consideraba que yo era un afortunado. le respondí a don Genaro, quién dicho sea de paso gozaba de gran incluencia en los círculos políticos, más de una vez atendí llamadas del mismísimo Presidente Siles, amigo personal de Radio Amauta, la más popular de entonces, de acuerdo voy y vuelvo. regresé a Potosí por unos pocos días para ordenar lo poco que tenía. mucha gente me felicitaba, inclusive en la estación de radio ubicada entonces en Calle Bolívar, a pocos pasos del boulevar (romántico nombre que los potosinos dieron a un paseo peatonal en pleno centro de la ciudad) y volví. Rosario del Granado era una simpática dama, sobrina del Director que se encargaba de las cosas prácticas y hacía locución y radioteatro, y de jefe de personal y muchas otras tareas. "Empezarás leyendo el diario hablado a las 7.00 de la mañana, luego de tomar desayuno participarás de un radio-teatro y me enseñó a reír, a llorar, a suplicar, a enamorar frente al micrófono. Estaba contenta con mi desempeño y cada día aumentaba mi labor, combinada con el micrófono hacía de reportero.
"Te hemos comprado ésta moderna grabadora", mientras me la enseñaba. "es elegante, algo pesada y tendrás que estar atento a que no se termine la cuerda...cuando veas que vas algo lenta, le das cuerda y ya está" en efecto la máquina era moderna, nueva comprada de Mario Roncal recuerdo bien porque tuve que pasar por su negocio, un pequeñísimo almacén a pocos metros de Radio Amauta ubicada en calle Comercio, a 200 metros de Plaza Murillo para que me diera alguna explicación adicional.
Toda una novedad con la grabadora a cuerda montada en una bolsa que Rosario del Granado la hizo con primor y que yo colgaba del hombro. Aquellos años de los 1950 (56-57-58) pude lucirme entre los demás reporteros que no eran muchos de Presencia (semanario entonces) de El Diario, de La Nación, de tres o cuatro radioemisoras y pare de contar. Èramos tan pocos, que con un llamado telefónico desde el Palacio o los Ministerios nos tenían a la mano en contados minutos. Entre mis fuentes de aquella primera época cubría el Congreso Nacional, a veces el Palacio porque dependía dónde nos citaban los ministros, Walter Guevara solía convocarnos en el segundo piso de la casona de gobierno, donde más tarde se instaló el despacho del ministro Secretario General. Otras acudía donde los redactores Mario Guzmán, Antonio Peredo o el mismo Genaro me indicaban.
El resto del tiempo, atendía a las visitas que llegaban con denuncias, extravíos, quejas de todo tipo o con sus "comunicados" que debía leer y hacer preguntas aclaratorias de su contenido.
En fin, recuerdo que me mantenía todo el tiempo ocupado y mis amigos de entonces que eran mis compañeros de habitación como Ayllón de Potosí o León de Cochabamba estaban a gusto de compartir conmigo el poco tiempo que me quedaba. Más de uno de mis amigos hacía bromas:
"Mauricio está empleados en Radio Amauta cama adentro" y casi era cierto, porque empezaba a las siete y terminaba cerca de las diez de la noche.

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