Por sus características especiales, la radiodifusión es el instrumento maravilloso para el cambio, es decir de la ignorancia al saber, de la injusticia a lo justo, de la opresión a la libertad, del vicio a la virtud, del odio a la comprensión. De la iniquidad al respeto, del caos al desorden. No sólo en el aspecto moral y religioso, sino en el orden de la relación entre los humanos, entre los ricos y los pobres, entre los que mandan y los que obedecen, pero también es un instrumento de la democracia donde todos somos iguales, es decir tenemos los mismos derechos, pero también las mismas obligaciones y donde el respeto entre débiles y poderosos debe imponer. De ahí que, al proclamar el gobierno según nos lo revela la crónica, la puesta en marcha de 30 unidades de radio corporativa, tengamos que demandar desde esta tribuna: Seguridad laboral y profesionalismo.
La red empezó hace un año con Radio Orinoca, donde el Presidente convirtió por DS a la humilde choza en que nació en un Museo Histórico, y al lado le puso una trasmisora de radio para proclamar su existencia. Cabeza de la red será Radio Illimani "La Voz de Bolivia" convertida desde siempre en la Emisora del Estado, cuyos estudios funcionan en Calle Ayacucho, colindante con el Palacio Presidencial. Se ha informado extraoficialmente que el costo de instalación de esta red, sobrepasa los dos millones de dólares que provienen de lo que Hernán Maldonado llama "los otros fondos reservados" o la caja chica del Presidente Morales proveniente de la ayuda multimillonaria de Venezuela, cuyo monto y manera es un "secreto de Estado", por el momento, aunque dia llegará que la presión popular hará que las cifras manejadas por el momento en forma discresional por el ocupante de la Plaza Murillo, tendrán que hacerse públicas. La Administración corresponderá a un Concejo de comunarios que también definirá la programación, la información, los contenidos y la capacidad de los responsables, aunque se diga que "funcionarán de manera independiente" sin ingerencia del gobierno, se advierte un sometimiento inicial al priorizar su calidad profesional (nos referimos al personal) a su militancia política. O sea, nadie que no sea del MAS tendrá posibilidad alguna de trabajar en alguna de éstas unidades. Y si es admitido tendrá que someterse al Concejo que será ciento por ciento partidista, masista, lo que constituye de entrada un menoscabo de la personalidad profesional del trabajador de Radio.
Estas unidades tal cual se las concibió están destinadas a convertirse en células políticas, porque si se mencionan que serán autogestionadas e independientes económicamente hablando, su programación será para difundir lo scial, político y cultural sin propaganda comercial ni política.
Los responsables de entrada admiten que "para cubrir" sus gastos tendrán que difundir propaganda del Gobierno, lo cual no será, al menos en sus inicios propaganda directa, pero sí en forma de campañas de salud, educación, vivienda, etc., que poco a poco se irá transformando en apoyo a los intereses regionales, a los caudillos regionales del MAS, de las entidades del Gobierno, de los movimientos sociales, muchas veces confrontados unos contra otros y de sus caudillos. Tal como sucedió con las emisoras mineras veremos más pronto que tarde, una repetición de la historia y un remedo de pretender usar el instrumento para mantener a "las élites masistas" en sus puestos de mando.
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