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sábado, 1 de marzo de 2008

en defensa de dos valientes comunicadores

Publicamos la primera de cuatro partes de la Carta Abierta dirigida por Wilson García Mérida con el título Cuando el periodismo vence sus mortales pruebas de fuego:

Compañeros:
Tras conocer el testimonio de nuestros colegas Limbert Gutiérrez y Edson Jiménez —reportero y camarógrafo de Bolivisión—, sobre la heroica manera en que salvaron su vida escapando de aquellas hordas que lincharon a varios policías la mañana del pasado martes 26 de febrero en la localidad de Epizana, no sólo sentí un angustioso estremecimiento al constatar que el saldo de aquella tragedia pudo llenar titulares con la noticia de tres policías y dos periodistas muertos. Paradójicamente, me embargó también un sentimiento de dignidad y orgullo ante la convicción de que Limbert y Edson encarnaron en ese crucial instante toda la dimensión ética, humanitaria y profesional de este nuestro apasionante oficio.
No me cabe duda alguna de que los colegas Gutiérrez y Jiménez, quienes fueron los únicos comunicadores que estuvieron presentes durante el acto de linchamiento, se hallaron a un segundo y a un milímetro de sufrir la misma suerte de los policías. De hecho, Edson que filmó las escenas macabras y sufrió por ello la mayor golpiza que hoy lo mantiene postrado en un hospital, y Limbert que intentaba evitar que los tres uniformados sean tan cruelmente torturados invocando piedad para ellos ante la turba enfurecida, lograron huir de aquel cerco de muerte, malheridos, no por un casual milagro sino por una lucidez física y mental y por una ágil racionalidad que superando el pánico y el amedrentamiento les permitió contar el cuento.
Quedará grabada para siempre en nuestra memoria la intrépida imagen de Limbert Gutiérrez rescatando la vagoneta de la televisora, que estuvo a punto de ser incendiada, para salvar el cuerpo casi agonizante de su camarógrafo que aguardaba en la carretera y salir del bloqueo en forma encubierta una vez que arrancó los logos y distintivos del vehículo. Proezas tales sólo son posibles cuando el periodista que las realiza es un verdadero periodista.

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