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jueves, 19 de marzo de 2009

extraordinaria reunión de gabinete que sin embargo no tocó (eso dicen) los temas de fondo, corrupción, atropello a la propiedad, escándalos. deD.Pino

Entre las originales declaraciones a las que nos tiene acostumbrados, el señor Ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, debemos remarcar la efectuada ayer luego de la urgente e intempestiva reunión de gabinete que se llevó a cabo en horas de la tarde.
Según nos dijo el Gabinete trató con mucha preocupación el tema de la inversión pública y la manera de agilizar esta inversión. Cuando un reportero le preguntó si se evaluó el tema de YPFB, muy suelto de cuerpo, el Ministro dijo que no; que ese tema no se vio.
Por lo que entendemos, el gobierno decidió otorgarle un crédito de 1.000 millones de dólares, para proceder a la industrialización del gas y sus derivados. ¿No es un asunto que toca a la inversión pública? Y si una inversión de esta cuantía no merece trato alguno, para el tamaño de nuestra economía, ¿qué puede ser más importante?
En el Presupuesto General de la República se tienen consignados 1.835.5 millones de dólares en fondos de fideicomiso para ser utilizados por un equipo de Ministros con carta blanca, dispuesta por Decretos que tiran abajo toda la estructura de control establecida por la ley SAFCO.
Estos dineros son parte de la inversión pública y se entiende que constituyen la médula económica de la destrucción del modelo neoliberal. Aunque todo nos lleva a pensar que el remedio es peor que la enfermedad.
Lo cierto es que la inversión pública programada en este Presupuesto y que se coloca por encima de los 2.000 millones de dólares, no tiene sostenibilidad ni es real, debido a la caída del precio del gas, por efecto precio del petróleo y cuando el cajero oficial, con denominación de Ministro de Economía y Finanzas Públicas, hizo el presupuesto, calculó un promedio de 60 dólares el barril del crudo y en base a este numerito, copiado de Venezuela, afirmó que tendríamos ingresos suficientes para cubrir los gastos corrientes y de inversión. La realidad es otra y esos ingresos que ahora no existen necesitan de recortes en los gastos y estos recortes significan muchas cosas.
Primero: YPFB está demostrando que no tiene el cuerpo ni el músculo para manejar 1.000 millones de dólares y que como institución no tiene ninguna credibilidad y menos goza de la confianza de nadie, excepto de los maleantes que crean empresas fantasmas para repartir coimas. Ya con esto la inversión se cae en la mitad. Y si es por esta razón que no se trató a YPFB dentro la evaluación ministerial, quiere decir que la famosa nacionalización esta un paso de ser sepultada, por sus propios padres.
Segundo: El resto de la inversión presupuestada, más del 70 por ciento, debería estar en manos de las Prefecturas y de las Alcaldías. Tomando en cuenta que las Prefecturas autonómicas deberían recuperar sus niveles de ingreso fiscal confiscados para que la inversión sea una realidad. Lo otro, es persistir en hacer del Programa Evo Cumple el sumun de la inversión destinada a canchitas de futbol. Tercero: Debe quedar suficientemente claro que el Gobierno maneja mucho más que los Fondos Reservados de los gobiernos neoliberales, en movilizaciones planificadas para cercar a todos los que considera sus enemigos políticos. Esta manera de movilizar a huestes con tal o cual motivo, ha creado una cultura prebendal que tiene como base; el gobierno paga y yo grito o apaleo según me manden.
Como la desocupación crece y los inmigrantes retornan, la suma destinada a este tipo de gasto reservado tiene que ser mayor, tratándose de un año electoral. Así que con todo este cuadro de situación es fácil darse cuenta de lo conversado y acordado por este gabinete de inútiles.

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