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viernes, 19 de junio de 2009

para demostrar la política de engaño en lo relacionado a Transredes, Dante Pino demuestra ante Villegas a qué se llama pasivo y activo. Elemental

Todos pueden hablar de economía, al final de cuentas inmersos como estamos en el diario vivir, tenemos un concepto de lo que para nosotros es la economía. Sabemos cuánto es nuestro ingreso y qué gastos debemos afrontar cada fin de mes, si nos queda dinero después de hacer cuentas, tenemos un ahorro y si no un déficit que quiere decir que dejamos de pagar algo y tenemos que endeudarnos para cubrirlo.

Esto es economía básica. Luego se complica. Si además de tener un ahorro usted decide colocarlo en un Banco, deberá comenzar a tener en cuenta el interés que le pagan, los retiros que puede hacer y las penalidades en que incurre si incumple con el acuerdo establecido. Pero entra a otro mundo. Y si en este su capacidad financiera le permite jugar con la compra y venta de acciones, el mundo financiero que se le abre lo coloca en un nivel distinto.

¿No cree que todo esto y mucho más debía conocer un economista y desde luego alguien que ocupa el cargo de Ministro y se mete a comprar acciones, mirar balances y definir cuantías?

Una empresa que se pone a la venta o que se adquiere por otros medios (venta forzosa) - con el seudónimo de nacionalización – tiene activos y pasivos, que definen su patrimonio. Lo básico es hacer una simple operación aritmética: reste de los activos los pasivos y vea la cifra. Si los activos son superiores a los pasivos, hay patrimonio. Caso contrario no existe.

Comprar activos sin tener en cuenta los pasivos, es lo mismo que adquirir una vivienda sin averiguar si esta tiene hipoteca. Si usted paga cien mil dólares por ella y la casa está hipotecada en cincuenta mil, usted ha pagado ciento cincuenta mil y no cien mil como creyó.

Esto es lo que le ha sucedido al ex Ministro Villegas y actual Presidente de YPFB, adalid de la nacionalización (compra forzosa de activos) que pagó el valor de las acciones de Transredes sin tomar en cuenta los pasivos. Bueno es decir, sin restar estos del valor de los activos, porque el gobierno del sesudo señor Presidente de la República decidió emitir un decreto supremo, instrumento jurídico que se ha convertido en la varita mágica que todo lo hace posible porque “le mete nomás”, mediante el cual se tomaron la pequeña libertad de “liberar” (no debemos olvidar que Evo Morales es un libertador) a la empresa transnacional, imperialista y enemiga del socialismo evista, de sus pasivos contingentes.

Muy suelto de cuerpo pero lleno de un cinismo contagiado, me imagino desde la vicepresidencia del Estado Plurinacional. El señor Villegas dice que no restó esos pasivos porque estaban bajo la categoría de contenciosos, es decir, que no se sabía se eran o no pasivos, hasta que exista una sentencia definitiva de la autoridad competente. Y por eso no tomó en cuenta tales montos. Total que como ese pasivo dejó de pertenecer a la imperialista transnacional, ahora tienen que pagarlos la nacionalizada empresa socialista.

Yo creía que los socialistas, se las daban siempre de ser más inteligentes que los capitalistas, porque partiendo del hecho de refregarles en la cara su mezquina ambición de tener plus valía a costa de la superexplotación de la fuerza de trabajo, los desprecian de tal forma que ellos (los socialistas) nunca se equivocan. Si no me creen lean a Fidel Castro, que tienen mil recetas de cómo culpar al imperialismo de su situación económica.

Lo mismo el señor Villegas no se equivoca. Lo único que hizo fue transferir esos pasivos de los bolsillos transnacionales a los bolsillos nacionalizados. Para esta sesuda ficha movible del gobierno, al final estos pasivos ¡se pagan! que es lo que interesa.

Yo me hubiera atrevido a sugerir que si la figura era la de los pasivos contenciosos, se debía haber descontado el monto del valor de las acciones, en un fondo de previsión, hasta que estos se definan, si la autoridad competente fallaba a favor de la imperialista transnacional, le devolvía el dinero, si no, lo descontaba. ¿No era esto algo muy sencillo de pensar?

Y con una llamada de teléfono agilizaba las manos y pesados cerebros de Impuestos Internos para que resuelvan estos contenciosos. Si el gobierno puede decidir nacionalizar las petroleras debería poder agilizar los trámites contenciosos tributarios de estas empresas nacionalizadas, inclusive antes de dar el zarpazo final. Y es obligación de un funcionario público defender los intereses nacionales, por tanto evitar que estas empresas le ganen los contenciosos. Pero en vez de ello se tomó el camino fácil de, por decreto liberador, descontarle el pasivo. Toda una demostración de la inteligencia del equipo económico del Libertador Plurinacional.

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